La producción de aguacate es problemática actualmente

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Durante años el aguacate ha triunfado en las cocinas y bufés. En sus países de origen, México, Israel y Sudáfrica, sin embargo, esto conduce a problemas ambientales, pues las plantaciones de aguacate necesitan cada vez más espacio.

El aroma a tierra húmeda, resina de pino fresco y robles se nota en el aire de Michoacán. La naturaleza de este estado occidental de México destaca por sus ricos tonos verdes. Pero el verde más rentable es una fruta: el aguacate, del que Michoacán es uno de los mayores productores. Para las zona de producción, el auge mundial del aguacate no solo significa dinero, sino también problemas medioambientales.

México: 200.000 hectáreas
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre 2006 y 2016, el número de fincas de aguacates en todo el mundo aumentó de 381.000 a 564.000 hectáreas, y la mayoría se encuentran en México, donde la fruta se produjo originalmente. Ahora hay hileras interminables de aguacates, totalmente uniformes, en las fincas alrededor de la ciudad de Uruapan.

El año pasado se produjeron casi 2 millones de toneladas de aguacates en aproximadamente 200.000 hectáreas. Y la superficie sigue creciendo. El biólogo mexicano Arturo Chacón Torres, fundador de la asociación cívica Academia Mexicana de Impacto Ambiental, explica que las zonas sembradas de aguacates continúan extendiéndose hacia bosques y montañas.

El bosque da paso al aguacate
Se estima que entre 600 y 1.000 hectáreas de bosque por año se destruyen en la zona, para cambiar el uso de la tierra. Además, el aguacate necesita mucha atención para desarrollarse adecuadamente, y mucha agua en particular. Hay muchos pequeños plantadores de aguacate en la zona, y algunos de ellos operan ilegalmente. Este año, las autoridades mexicanas vetaron a algunos de los pequeños productores que habían talado pinos ilegalmente para usar la superficie para la producción de aguacates.

Según un estudio mexicano solicitado por el Gobierno en 2012, el aumento en la producción de fruta ha llevado a una pérdida de biodiversidad y a la contaminación ambiental y la erosión del suelo. Además, dañó el ciclo natural del agua y el estado de las especies endémicas (los animales que solo se encuentran en esa zona en particular).

La demanda seguirá aumentando
«Estamos intentando encontrar un equilibrio que nos permita preservar los beneficios y la fuente de ingresos, para desarrollar formas de producción más sostenibles», dice Ramón Paz Vega, portavoz de la Asociación de Productores y Exportadores de Aguacate de México (Apeam). Entre otras cosas, la asociación cuenta con un programa de reforestación.

Según las estimaciones del Ministerio de Agricultura de México, la demanda mundial de aguacates aumentará en un 48,98 por ciento entre 2017 y 2030, lo que implicará un aumento del consumo mundial de 2,84 a 4,24 millones de toneladas por año. El auge del aguacate en México no ha pasado desapercibido para las bandas, y el crimen organizado está afectando al «oro verde». Hay productores que han sido amenazados y secuestrados por miembros de pandillas. Como resultado, los productores de aguacate formaron grupos defensivos e incluso intervino la policía federal de México. El problema ha disminuido desde entonces, pero aún persiste.

Boom en Israel
Sin embargo, México no es el único país con problemas por el aumento de la demanda de los frutos. Los aguacates también están en auge en Israel, y la demanda ha superado a la oferta durante años. El año pasado, se produjeron más de 110.000 toneladas de aguacate y se exportaron alrededor de 65.000 toneladas, según la Oficina Central de Estadística, lo que muestra un aumento constante: en 2016, se produjeron 101.000 toneladas y se exportaron 47.000 toneladas.

Los primeros árboles de aguacate de la zona fueron llevados a lo que hace aproximadamente un siglo era Palestina. Los frutos se producen actualmente en Israel, según los productores locales en unas 8.500 hectáreas de tierra. Los aguacates son una parte integral de la cocina israelí; el consumo promedio es de 5 kilos por habitante al año.

600 litros de agua por kilo
En vista de la alta demanda y los grandes beneficios, cada vez más agricultores en Israel están aumentando su superficie de producción de aguacate. Han sustituido las zonas de producción de cítricos, según Marcelo Sternberg, profesor de ecología vegetal en la Universidad de Tel Aviv, quien observa que un posible problema es que «los árboles de aguacate necesitan mucha agua». Un kilo de aguacate consume alrededor de 600 litros de agua.

En Israel, algunos árboles son regados con aguas residuales tratadas, explica Sternberg, pero existe el peligro de que las nanopartículas dañinas puedan penetrar desde el agua hasta las frutas. Además, el riego con aguas residuales tratadas puede dañar permanentemente el suelo.

Sudáfrica también con el agua al cuello
El auge del aguacate también ha llegado a Sudáfrica: en particular, a las provincias nororientales de Limpopo y Mpumalanga, que tienen un clima cálido y subtropical, donde la superficie ha crecido de manera constante desde el cambio de milenio. Cada año se añaden unas 1.000 hectáreas.

Sudáfrica produjo alrededor de 120.000 toneladas de aguacates en 2017, según la asociación de productores de aguacate. Diez años antes, producía 74.000 toneladas. Sin riego artificial, la producción tampoco sería posible en el continente.

 

Fuente: SchweizerBauer.ch

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